- Vega Sicilia invierte 20 millones en una nueva bodega en Galicia con la que elaborará Albariño
- La familia Álvarez producirá 300.000 botellas con sus dos nuevos vinos blancos, el primero de los cuales saldrá al mercado en 2025
La familia Álvarez, dueños del gigante de los servicios Eulen, cumple el próximo mes de abril 40 años como propietarios de Vega Sicilia. Y celebra este aniversario con el anuncio de una nueva bodega en Galicia. Se llamará Deiva y estará situada en la zona de las Rías Baixas para elaborar vinos blancos con uva albariño.
La nueva bodega, cuyo proyecto adelantó Cinco Días, se construirá en Crecente (Pontevedra) y ya están compradas 24 hectáreas de viñedo y terrenos, fundamentalmente en Condado de Tea, en la parte alta del río Miño; en Salnés, en torno a Cambados, O Grove y Sanxenxo; y en el propio Crecente. La inversión será aproximadamente de unos 20 millones de euros entre viñedo y bodega.
Pablo Álvarez, consejero delegado de Tempos Vega Sicilia.
“La decisión de abrir una nueva bodega en Galicia fue tomada hace unos años al considerar que el Albariño es probablemente la gran variedad de vino blanco española y la región de Rías Baixas tiene una personalidad única en España y en el mundo”, explican desde la compañía. “Es una región histórica y singular donde hay excelentes productores; de esta forma la familia cumple su sueño de elaborar un gran vino blanco español”, añaden.
El nuevo proyecto se sumará a las cuatro bodegas que ha creado la familia Álvarez desde que cogieron las riendas de Vega Sicilia: Alión (1991), Oremus (1993), Pintia (2001) y Bodegas Benjamin de Rothschild-Vega Sicilia (2009). La bodega gallega elaborará dos vinos: Deiva, con una crianza de dos años, y Arnela, que será el blanco premium de la casa con una crianza de tres años. La primera cosecha de Deiva está prevista para 2023 y saldrá al mercado en 2025. El objetivo de la compañía es alcanzar una producción total de 300.000 botellas con los dos vinos, cifra que podría variar en función de la calidad de las cosechas.
David Álvarez, patriarca de la familia, firmó la compra de Vega Sicilia ante notario el 15 de abril de 1982. Hasta ese momento, la bodega era propiedad del empresario venezolano Hans Neuman. Un año después, decidió enviar a su hijo Pablo, que apenas contaba con 30 años, a la finca de Valladolid para que tomase contacto con el mundo del vino, del que era ajeno por completo ya que había estudiado Derecho.
En 1985, Pablo Álvarez fue nombrado director general de la mítica bodega, fundada por Eloy Lecanda a mediados del siglo XIX. Una de sus primeras decisiones fue designar al prestigioso enólogo Mariano García director técnico de la bodega. Junto con el lanzamiento de nuevas marcas fuera de Ribera del Duero, el crecimiento durante estos 40 años ha venido guiado por dos máximas. La primera de ellas es el respeto a la tierra y a la tradición. “El viñedo es la base y el gran patrimonio de Vega Sicilia. Y de cualquier vino. Esa es la clave”, asegura Pablo Álvarez. La segunda clave de bóveda del crecimiento ha sido la internacionalización basada en una intensa actividad comercial. “Tienen que conocerte y, si no te conocen, no te compran. Después de estos 40 años puedo decir que el grupo tiene la dimensión internacional que nunca tuvo”, destaca su hoy consejero delegado.
Recreación de la nueva bodega de Vega Sicilia en Crecente (Pontevedra).
La familia Álvarez ha invertido a lo largo de estos 40 años 300 millones de euros en la expansión y modernización de la bodega. Una inversión a la que han respondido los resultados, con unos márgenes semejantes a los de cualquier marca de lujo del mundo. En este periodo las ventas han pasado de 1,2 millones de euros en 1962 a 60 millones en 2021. Y los beneficios se han multiplicado desde los 400.000 euros en el momento en el que se hicieron cargo de la Bodega a los 30 millones del pasado ejercicio.
Vega Sicilia vendía en 1982 unas 200.000 botellas y exportaba a cinco países, y ahora el grupo llega a producir en torno a 1,5 millones de botellas al año de todas sus bodegas (la mayoría se venden antes de salir al mercado gracias al sistema de distribución basado en cupos al que tienen acceso un selecto grupo de clientes) en más de 150 países. “Actualmente, exportamos el 70% de nuestra producción, tenemos contacto directo con nuestros más de 250 distribuidores repartidos por el mundo”, señala el director general de Tempos Vega Sicilia, Antonio Menéndez. En el mercado nacional, el grupo tiene 3.700 clientes y una lista de espera de 2.500 personas para obtener cupo de la casa. Los clientes particulares son 2.700 y suponen el 10% de las ventas de Vega Sicilia en España, mientras que el resto va dirigido a los grupos de distribución de alimentación (60%) y la hostelería (30%).
El País
Madrid, España
David Fernández
Viernes 1 de abril de 2022.
Comment here