El senador celebró la victoria respecto a los candidatos oficialistas de su partido, pero la oposición reclama un nombre que suscite el consenso de todas las formaciones en la Cámara alta
El senador Ricardo Monreal se ha alzado este miércoles con una clara victoria respecto a la línea oficialista de Morena, al situar a un afín, Alejandro Armenta, como candidato del partido para presidir el Senado. Tras varias discusiones de madrugada, Armenta se impuso por 36 votos a Higinio Martínez, quien obtuvo 28. Las presiones de unos y otros no pudieron con el empuje de Monreal, quien demuestra contar con apoyos en el Senado. La votación fue abierta y con notario público. Parece previsible que, cumplidos los trámites oficiales, Armenta sustituirá a Olga Sánchez Cordero. Sin embargo, la oposición se ha quejado de la elección por parte de Morena de un candidato que no alcanza el consenso y avisado de que, en tal caso, podrían proponer a un aspirante de la oposición para presidir la Cámara alta. “Creemos que hay que buscar una propuesta de consenso, aunque se tenga la mayoría para la votación”, ha dicho el coordinador del PAN, Julen Rementería.
Monreal es uno de los aspirantes para las elecciones presidenciales de 2020 y una figura controvertida en Morena, que ocasiona fricciones en el ala de la izquierda radical. Atenta a estas grietas en el partido del Gobierno, la oposición deslizó la posibilidad de apoyar a Monreal para presidir el Senado, algo que podría lograr con los votos opositores y con algunos propios. “La oposición estaría dispuesta a apoyar a quien garantice que el Senado es autónomo”, propuso el senador Germán Martínez Cázares, antes panista, después morenista y ahora del grupo Plural. Pero la condición de los opositores es que Monreal abandonara Morena, una circunstancia que está lejos de ser contemplada por el político en este momento, a decir de sus cercanos. “No le conviene”, afirman esas fuentes. Pero sus afines pueden encontrar en ese respaldo de los ajenos una carta que enarbolar ante los propios.
Una ruptura con Monreal supondría para Morena la pérdida de apoyos que pueden serles necesarios, en la política diaria y en vistas a las elecciones presidenciales de 2024. El candidato Monreal apenas cuenta con un testimonial 10% en la preferencia de voto de los simpatizantes del partido guinda, frente al 48% de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, o el 36% que secunda al canciller Marcelo Ebrard. Pero la contienda, a 21 meses de las elecciones, se recrudecerá entre los morenistas y los seguidores de Monreal, pocos o muchos, cobrarán el peso debido. Por ahora, entre sus relaciones destaca la de Ebrard, como se vio este martes.
“Me siento más fuerte que nunca”, dijo Monreal tras la elección de Armenta para presidir el Senado. El político celebraba su particular venganza por el desplante del que fue objeto unas horas antes por parte de morenistas notables, como el secretario de Gobernación, Adán Augusto López o la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, que no acudieron a la reunión plenaria de Morena en el Senado donde se prepara el curso político. López dijo que tenía compromisos previos y Rodríguez arguyó una cita insoslayable en Palacio Nacional. Tampoco acudió Luis Crescencio Sandoval, titular de Defensa, ni el presidente del partido, Mario Delgado. Pero sí Marcelo Ebrard, quien manifiesta sintonía con su colega presidenciable. Ambos se han quejado de desventajas respecto a la elección por encuesta que decidirá al candidato morenista para 2024. Este martes se hicieron la foto juntos y descartaron divisiones entre ellos: “Nunca las ha habido”, sonrieron.
Las ausencias evidenciaron un bloque presidencialista que no comulga con la autonomía que suele mostrar Monreal respecto al Palacio Nacional. En el ríspido debate que han mantenido los morenistas para dirimir la presidencia de Senado, el senador César Cravioto, uno de los hombres de Claudia Sheinbaum, reclamó una figura cercana a López Obrador: “Necesitamos alguien que nos acerque al Presidente de la República”. A lo que Monreal respondió que no contara con él para eso pues no es “comparsa” ni “apéndice” del presidente. Monreal pidió más tarde, tras ganar la votación en favor de Armenta, “unidad” en el partido. El desaire al senador en la plenaria no gustó a algunos morenistas, afines a Monreal o no, que no entendieron cómo asuntos cruciales en la vida pública de México, como la violencia e inseguridad, se quedaron en el aire por la ausencia de Rosa Icela Rodríguez. Las divisiones en los partidos también son rechazadas por los simpatizantes, que pasan factura con sus votos.
El que será, si nada se tuerce, nuevo presidente del Senado, Alejandro Armenta (Izúcar de Matamoros, Puebla, 1969), fue militante priista hasta 2017, cuando su partido le apartó por sus coqueteos con Morena, cuyas filas pasó a engrosar, un puente que muchos seguidores del PRI han atravesado en los últimos años. El senador, que ha mantenido buenas relaciones con sus colegas de bancada, una circunstancia que quizá le ha ayudado en esta votación, es licenciado en Ciencias Políticas y fue presidente municipal de Acatzingo de Hidalgo en sus tiempos priistas. Armenta aspira a la gubernatura del Estado de Puebla, donde las elecciones se celebrarán en 2024. Su nuevo cargo en el Senado le proporcionará una visibilidad notable para acudir a las urnas.
El País
Ciudad de México
Carmen Morán Breña
Miércoles 31 de agosto de 2022.
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