La evidencia muestra lo animado que estaba el afroamericano en la tienda donde usó un billete, aparentemente falso, y cómo un policía le apunta con una pistola para que se baje de su coche
El pasado 25 de mayo George Floyd estaba de buen humor. Antes del vídeo que lo muestra agonizando con tres policías sobre él, el afroamericano compró tabaco con un billete de 20 dólares, aparentemente falso, en la tienda Cup Foods, al sur de Minneapolis. Estando ahí, se movía con soltura y parecía sociable. Una vez en el coche, con una pistola apuntándole a la cabeza, un agente le ordena que se baje y Floyd, aterrorizado, le responde: “No me dispare”. En el tercer día del juicio contra el exagente Derek Chauvin, acusado de asesinar al símbolo del movimiento racial, mostraron por primera vez las imágenes del interior de la tienda y las de las cámaras corporales de la policía, permitiendo al jurado tener un contexto de cómo se llegó a los brutales ocho minutos y 46 segundos.
Christopher Martin, de 19 años, trabajaba como cajero del Cup Foods el día del suceso. En su testimonio, conocido este miércoles en el juzgado del condado de Hennepin, aseguró que reconoció rápidamente que el billete de 20 dólares que utilizó Floyd podía ser falso. Según la política de la tienda, si aceptaba dinero falso se lo quitaban de su paga, pero Martin lo recibió de todas formas. “Pensé que George realmente no sabía que era un billete falso, así que creí que le estaba haciendo un favor”, dijo Martin al abogado de Chauvin, Eric Nelson. Después de la transacción, el jefe del cajero le dijo que fuera a buscar a Floyd al coche para discutir en la tienda sobre lo que había ocurrido. El afroamericano de 46 años y padre de cinco hijos se negó a volver. El dueño de Cup Food envió nuevamente a su empleado a buscarlo, pero tampoco hubo suerte y fue entonces cuando ordenó que llamaran a la policía.
El joven relató que presenció con “incredulidad” la escena del agente Chauvin clavando su rodilla en el cuello a Floyd y sintió “culpa”. “Si simplemente no hubiera aceptado el billete, esto podría haberse evitado”, lamentó Martin, sumándose a la narrativa de los testigos del suceso, atormentados por no haber hecho algo para evitar o detener la detención que acabó en la muerte de Floyd. Hasta ahora, los 14 miembros del jurado -12 deliberarán- habían visto el caso desde la perspectiva de los transeúntes que grabaron con sus móviles, pero esta tarde pudieron observar lo ocurrido desde el origen de la trifulca y con “los ojos” de los policías implicados gracias a los vídeos de las cámaras corporales.
Apenas arrancó la interacción entre las fuerzas del orden y Floyd, que estaba sentado en su coche, se puede ver la agresividad de los agentes y el nerviosismo del afroamericano. Apuntado con una pistola, Floyd suplica que no le hagan nada y rompe en llanto. Los dos primeros agentes que lo detienen y esposan, intentan luego calmarlo. “Me pones nervioso”, le dice uno, a lo que Floyd le responde: “Estoy aterrorizado”. Las cámaras dan una clara imagen de cómo el detenido se resistió con insistencia a subirse al coche policial aunque, esposado, no se percibe como una amenaza real para los agentes.
Este miércoles salieron a la luz por primera vez las imágenes captadas por la cámara del exagente Chauvin. El policía llegó a la escena cuando Floyd intentaba impedir que dos agentes lo metieran en el coche, alegando que sufría de claustrofobia. Chauvin agarra con fuerza el cuello de Floyd por detrás lo que, aparentemente, provoca que su cámara se desprenda del uniforme y acabe debajo del vehículo policial. De los cuatro agentes en la escena, la única cámara que graba solo unos breves segundos de la detención es la del acusado.
Con el material que ofrecen las de los otros policías, se aprecia cómo conversan con calma entre ellos mientras Floyd reclama que no puede respirar y ante una docena de testigos cada vez más alterados. “Creo que se ha desmayado”, comenta un policía. Otro le informa a Chauvin que no le puede encontrar el pulso al detenido. Ninguna de esas afirmaciones, ni el clamor de los testigos, logran que el ahora acusado cambie su postura corporal. Incluso cuando llega la ambulancia, Chauvin espera un momento antes de remover su rodilla del cuello de Floyd, que yace inconsciente en el asfalto después de repetir 27 veces que no podía respirar.
El País
Antonia Laborde
Minneapolis, EE.UU.
Martes 31 de marzo de 2021.
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