CulturaDeportesMundoP@M ForoTiempo Libre

Dramática cogida de Roca Rey en Las Ventas

Las Ventas estalló contra el hostigamiento del tendido «7» y, por reacción, le dio una oreja; la batalla siguió con una muy dura y belicosa corrida de Fuente Ymbro; meritísimos Paco Ureña y Víctor Hernández, que cortó un trofeo de futuro

Así fue la terrible cogida sufrida por Paco Rey en Las Ventas en La Feria de OtoñoLas Ventas

A las 18.49 Roca Rey volvió a nacer, y se desató una guerra civil. La violencia de la voltereta, la secuencia terrible de la cogida, los pitones serpenteando la yugular, la nuca, el pecho, agarró el corazón de la plaza, estremecida en un grito de terror. Fue un milagro cruento finalmente, una paliza monumental que volteó a la mayoría de los tendidos contra el «7», incesante en el hostigamiento del torero con un toro cada vez más cabrón, más avisado, más violento.

Ya le había enviado varios recados, como ganchos a las femorales, como finales de aquel viaje mentiroso. RR estaba entregado de verdad, el toro no. Parecía que quería comerse la muleta, pero en realidad no iba metido en ella. Desde el principio de rodillas, así fue el combate. Pero especialmente en esta fase, que ya venía siendo larga, con la embestida agriándose. Y las balas no paraban de silbar.

También las del «7», que es otro tipo de violencia. Lo que perpetran poco tiene que ver con la exigencia, sobre todo, por el momento en que la ejercen: con un tipo, guste más o menos, encajando tarascadas con toda su hombría de una pieza. La gente se rebeló contra ellos cuando Roca se levantó maltrecho, embadurnado de sangres ajenas, vivo. «¡Fuera!, ¡fuera!», gritaba la plaza entera. Los hostigadores no se daban cuenta de que acaban de cortar la oreja por Roca Rey, como reacción de liberación, pues esa continúa intransigencia aspira también a secuestrar la voluntad de la plaza.

Al echarse el toro, serio, muy escarbador y tras pinchazo y estocada, y dos avisos, la batalla continuó con una pañolada como contragolpe. Y de ahí el trofeo contestatario. Roca Rey lo recogió y pasó a la enfermería, dolorido y renqueante, con el coro de reventadores ahora en modo protesta por la concesión de una oreja que cortaron ellos. Del quirófano ya no regresó, operado bajo anestesia general de una cornada con dos trayectorias de 15 centímetros en el glúteo de pronóstico grave.

La tarde siguió entre la congoja y el sobresalto, presente la belicosidad continuamente con la agresiva corrida de Fuente Ymbro, armada hasta los dientes, muy preparada, muy movida, fuerte y correosa, con más fondo físico que bravo y, a últimas, dura, durísima. De pedernal con su variabilidad, siempre a peor, y su falsa entrega, y su genio. Cerraba Ricardo Gallardo su buen año con este sabor amargo, cuando ya sentía el salto al escalafón de las figuras. Los suyos parecían escogidos, sin embargo, para el escalafón de gladiadores, aleccionados para el circo romano.

Paco Ureña y Víctor Hernández se ataron los machos, no volvieron jamás la cara. Lograron momentos meritísimos. Se escaparon por el capote de San Fermín. Esto parecía Pamplona en los años de plomo. Hernández fue presa y se libró de la cornada con un toro que no humillaba pero que a su altura se dejaba. VH le exprimió todo con ese aire a JT que se da, sobre todo con su izquierda. De las confirmaciones de alternativa de este año, fue la suya, la más sólida, solvente e ilusionante, con permiso de Samuel Navalón. Lo ratificó todo de nuevo. Esa oreja es una llave del futuro; el peso de su plomada, una apuesta a caballo ganador. Del quinto, quien escapó fue el tercero de la cuadrilla, Diego Valladar, al perder pie. Revuelo de capotes. Hernández no se dejó nada dentro con aquel predador, un tigre de Bengala al natural. Otro susto, otro ¡ay! De infarto su verdad.

Y no menor la de Paco Ureña, ya más contrastado en estas épicas a vida o muerte. Lo que consiguió al natural ante el feísimo cuarto, de chapó. Emotivísimo, tan atalonado, tan roto y, a veces, desmadejado. Ureña en estado puro. Las espadas no viajaron como debían. Una bestia formidable había abierto la corrida con sus 617 kilos, su imponente morillo, una badana de vértigo, una descomunal hondura. Cuando se encampanó, era como si hubieran plantado en los medios el toro de la carretera.

Imposible la humillación por mera cuestión física, un comportamiento aparentemente pacífico, boyancón, como era de hechuras, más de yugo que de muleta. Lo único estrecho eran sus sienes. Ya el lorquino había hecho una declaración de intenciones. Atalonado, acinturado, hundido, pasando al toro a su altura. Que fue el hándicap para entrar a matar: cazó el bestiajo a Paco Ureña arriba, un taponazo violento. Eso que escondía. Se dolió el matador de la sacudida. Como si le hubieran agarrado por la chaquetilla. De la mano se resentía. El público le recompensó con una ovación. Sería imposible reproducirla con el último toro, el que hubiera sido de Roca Rey, un animal del averno, por fuera y por dentro. Aristas y filos por doquier. Ni un pase. Macheteó finalmente. Un resoplido de alivio pudo escucharse al sentirse el final de una crudísima guerra que también fue civil en los tendidos. Si lo filma Serra, de Oscar.

Parte facultativo de Roca Rey

Herida por asta de toro en cara posterior 1/3 proximal muslo derecho, con dos trayectorias: una hacia delante de 15 cm que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contusiona nervio ciático y otra hacia dentro de 15 cm que produce destrozos en músculo glúteo mayor. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general en la enfermería de la plaza de toros y siendo posteriormente trasladado a la Clínica La Fraternidad Muprespa Habana. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Fdo. Dr. García Padrós / García Leirado.

Ficha

MONUMENTAL DE LAS VENTAS. Domingo, 6 de octubre de 2024. última de feria. Lleno de «no hay billetes». Toros de Fuente Ymbro; cuatro cinqueños -2º, 3º, 5º y 6º- ; tremendamente agresivos; muy duros, complicados, geniudos.

PACO UREÑA, DE ROSA Y ORO. Estocada entera atravesada y dos descabellos (silencio tras aviso); bajonazo (ovación con saludos); en el sexto, que mató por Roca Rey, bajonazo y descabello (silencio).

ROCA REY, DE TABACO Y ORO. Pinchazo y estocada entera desprendida (oreja con dos avisos).

VÍCTOR HERNÁNDEZ, DE BLANCO Y ORO. Estocada entera tendida (oreja tras aviso); metisaca, pinchazo y estocada entera desprendida (ovación con saludos).

El Mundo
Zabala de la SernaMadrid
Madrid / Ciudad de México
Domingo 06 de octubre de 2024.

Comment here